HernanV

Hagamos del mundo un lugar más divertido para vivir.

Dos oídos, una sola boca


"Saber escuchar es el mejor remedio contra la soledad, la locuacidad y la laringitis."

William George Ward

La composición del cuerpo humano revela la sabiduría de la naturaleza en toda su expresión. Al otorgarnos dos piernas, nos estimula a andar por la vida, caminar, recorrer y mantenernos rectos. Al darnos dos manos, nos insta a trabajar, a abrazar y a defendernos. Al darnos dos ojos, nos invita a contemplar el mundo y a sorprendernos frente a su riqueza.

Al darnos dos oídos y una sola boca, la naturaleza nos dice, silenciosa como toda madre sabia, que debemos escuchar dos veces más de lo que hablamos, y luego nos da los espejos para que lo descubramos por nosotros mismos. La capacidad de escucha es uno de los activos más grandes que podemos llegar a tener como seres humanos.

Un estudio de una prestigiosa consultora estadounidense, donde se relevaron, con el permiso de los involucrados, más de 3.000 llamadas telefónicas de varios hogares en distintos Estados del Estados Unidos, demostró cuál es la palabra que más utilizan los estadounidenses. Esta palabra, repetida incansablemente en todas sus conversaciones telefónicas, es la palabra YO.

Este estudio luego fue replicado en Europa, América del Sur y Asia, exactamente con los mismos resultados. La palabra que repetimos más que ninguna otra en el mundo es la palabra YO, reflejando así que somos el centro de nuestro propio universo. Si estamos atentos a las conversaciones que tenemos con los demás, veremos que nunca nos comunicamos realmente, sino que somos islas separadas, flotando a la deriva, comentando cómo YO hago las cosas de tal o cual manera y como YO experimento el mundo de determinada forma. Nada más.

La capacidad de escucha.

En un mundo donde la velocidad de los elementos y los avances en el conocimiento y la tecnología son cada vez mayores, la capacidad de escuchar al otro se está perdiendo paulatinamente. Esto sumado al hecho de que vivimos en un mercado que prima el individualismo acérrimo en el consumo de bienes y servicios y empuja a los hombres a sobrevivir pisando las cabezas de otros hermanos. Los valores y homogeneidades están en crisis, y hay cada vez más clases sociales, lo que permite identificarnos con los demás cada vez menos. En esto, como el lector sabrá y experimentará en su vida, la capacidad de escucha, propia y de los demás, se encuentra en jaque.

Sin embargo, reconocer que tenemos dos oídos y una sola boca nos llevará a entender el mundo de otra manera. Los ejecutivos de las grandes corporaciones han desarrollado esa capacidad de escucha atenta y activa, permitiéndoles enriquecerse, crecer y recolectar información de gran valor en cada conversación que tienen, así sea con un par, con un subordinado o con un completo extraño.

Escuchar es uno de los activos más grandes y uno de los hábitos más valiosos que podemos cultivar como seres humanos. Dale Carnegie, el padre de las relaciones interpersonales, en su libro “Cómo Ganar Amigos e Influir Sobre las Personas”, cuenta que una vez tuvo una cena importante, donde asistían muchas personalidades interesantes. En esa reunión, donde se dispuso a los invitados sentados uno frente al otro en mesas largas, a Carnegie le tocó en suerte un biólogo en frente de su asiento.

Cuando comenzaron a hablar, Carnegie simplemente se sentó en el borde de su asiento y prácticamente ni probó bocado, debido al interés que la conversación con el biólogo había suscitado en él. Carnegie confiesa en su libro que nunca había aprendido tanto de una persona en tan poco tiempo, mientras que el científico se encargaba de detallarle los procesos de taxidermia, las especies en extinción y sus viajes por el mundo descubriendo nuevos tipos de mariposas y libélulas.

Al finalizar la cena, el biólogo, que resultó ser uno de los invitados más distinguidos del anfitrión, al retirarse, tuvo unas palabras con el dueño de casa: le dijo que nunca había tenido un compañero de conversación tan estimulante como el señor Dale Carnegie. A todo esto, Carnegie se sintió sumamente halagado y sorprendido, puesto que ¡No había pronunciado palabra en toda la noche! Ese es el poder de la capacidad de escucha.

Cómo ganar amigos y enriquecer nuestras vidas.

Los universos personales de cada individuo giran alrededor de ellos. Sin importar cuán cercanos sean nuestros familiares, compañeros y amigos, debemos entender que nuestros problemas tienen poco valor real para los demás. A ellos, simplemente, les basta con sus propios problemas. De otra manera, poco valdría decir YO tantas veces al hablar por teléfono o en cualquier conversación informal de calle.

Para ser distintos, para posicionarnos de manera diferente frente a los demás, para ser tomados en cuenta y para ser llamados “compañeros estimulantes”, simplemente debemos hacer lo que nadie más hace: escuchar. Y no escuchar por escuchar, sino escuchar para enriquecernos, para crecer, para interesarnos realmente por lo que le sucede al otro y salir de nuestro universo personal.

Este ejercicio de escucha y aprendizaje puede ser uno de los desafíos más grandes que podemos proponernos en nuestra vida, ya que seguramente nos preguntaremos dónde habrá un tiempo para que nosotros seamos escuchados. Esta pregunta tiene una respuesta sencilla: uno siempre recibe lo que da.

Al dar tiempo y atención a los demás, recibiremos tiempo y atención de los demás. Al otorgarles nuestros oídos a los otros, recibiremos oídos y horas de escucha de los otros. A fin de cuentas, nos convertiremos en unos conversadores estimulantes y nos enriqueceremos, con el simple hecho de escuchar.

Dos oídos, una boca.

Este mensaje subliminal que nos ha enviado la naturaleza al diseñarnos con dos oídos y una sola boca, también aplica a la forma en que vivimos nuestra vida. Las personas que más hablan son las que generalmente menos piensan lo que dicen, pues tienen miedo de quedarse calladas. Los ríos profundos corren en silencio mientras que los que se secan rápidamente son ruidosos.

Descubrir la clave del silencio exterior y la riqueza de la vista interior nos permitirá conocernos como personas, mientras que recibimos todos los sonidos que el universo tiene para nosotros. Tener dos oídos y una boca es un mensaje que nos han dado desde nacimiento, el cual debemos responder y atender para ser más felices y prósperos.

Escuchar más de lo que se habla es un hábito, un hábito que nos abrirá muchas puertas en muchos ámbitos y niveles distintos. Escuchar es un hábito que nos posicionará diferente del resto de las personas, las que solo están sumergidas en su mundo interior. Escuchar los pájaros, escuchar el mar, escuchar la brisa y escuchar a los otros con la misma atención que escuchamos nuestras propias conversaciones internas.

Escuchar no solo nos permitirá enriquecernos, sino que además nos permitirá crecer y enseñar a los demás que las voces internas pueden acallarse, que el silencio vale más que las palabras vanas y poco pensadas, que pensamos lo que decimos y decimos lo que pensamos y muchos otros beneficios que solo se logran parando la maquinaria interna, refrenando los impulsos inconscientes por querer decirlo todo, dejar de intentar que los demás se interesen por nuestro mundo interior y salir a dar aquello que queremos encontrar: un oído sincero y atento, o mejor dos.

Mucha luz!

Hernan

Sonreír

"Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante."
Charles Baudelaire

Es increíble la cantidad de recursos que tenemos a nuestra disposición como seres humanos, y que nunca, jamás, se nos hubiese ocurrido utilizar para tener éxito personal, profesional, social y familiar. Entre ellos se destacan nuestra capacidad para relajarnos y tomarnos un tiempo para nosotros mismos, la capacidad de equivocarnos, la capacidad de aprender, la capacidad de olvidar, la capacidad de ser humildes y por sobre todas las cosas, la capacidad para sonreír.

Solemos tomarnos las cosas demasiado en serio, mientras que nos endurecemos y nuestra sonrisa se borra de nuestro rostro. Esto hace que nos volvamos gruñones y comprometidos con nuestra seriedad, ya que debemos justificar nuestra forma de relacionarnos con los demás, a nivel serio y profesional, olvidando la importancia que tiene nuestra sonrisa en nuestro desarrollo como seres humanos.

Mientras que la sonrisa suele predisponer a los demás a la escucha activa, e instantáneamente ayudarnos a reflejar una personalidad agradable y amable, utilizarla puede abrirnos muchísimas puertas si solo nos dedicamos a sonreír. Aquí van unas pequeñas indicaciones y estrategias que podemos comenzar a aplicar hoy mismo, para utilizar en nuestro favor una de las mayores herramientas que se nos ha otorgado:

Sonreír en la comunicación

Cuando hablamos o nos dirigimos a los demás, tratemos de realizarlo con una sonrisa. La sonrisa predispone positivamente al otro, mientras que explicamos nuestras ideas, convicciones o tratamos de persuadir a los demás para que cambien las suyas. A su vez, la otra persona notará nuestra alegría de estar intercambiando opiniones con ella y se sentirá importante.

Es vital entonces cambiar la cara larga por una sonrisa que permita derretir las corazas que nos impone el día a día, para así tener charlas más descontracturadas y amistosas. En el ámbito profesional una sonrisa puede abrir muchas puertas: Mejorar el clima laboral, aumentar las posibilidades de éxito en una entrevista laboral o al solicitar un aumento, mostrar entusiasmo y vivacidad al trabajar, demostrar proactividad e iniciativa, entre otras cosas.

En el ámbito familiar, la sonrisa se convierte en un elemento preciado: Al hablar con el compañero o compañera, al ayudar a nuestros hijos a hacer la tarea, al escuchar las interminables anécdotas de nuestros padres, al reencontrarnos con familiares lejanos, la sonrisa forma una excelente estrategia de comunicación vivaz, alegre y abierta. Y nos convertiremos en la opción segura a la hora del contacto con los demás. De todas maneras, ¿A quién le gusta un pariente gruñón?

Estudios científicos sobre relaciones interpersonales, a través de grupos de opinión y entrevistas individuales, han revelado que la comunicación se encuentra dividida de esta manera: Un 80 por ciento del nivel de atención de la otra persona irá dirigido a nuestro lenguaje corporal, un 15 por ciento a nuestro tono de voz y apenas un 5 por ciento al mensaje que estamos emitiendo en sí. Con una sonrisa en nuestro rostro, al comunicarnos, contamos con un 80 por ciento del mensaje, el cual nos aseguramos que está siendo emitido correctamente. Esto es un número elevado, ¿verdad? Y lo mejor, ¡Es gratis! La sonrisa no cuesta dinero pero puede retribuirnos grandemente.

Sonreír en la calle

La vida se nos presenta con multiplicidad de opciones y matices para experimentar. Transitar la calle puede ser una hermosa aventura o un suplicio interminable, dependiendo de nuestra disposición hacia ella. La posibilidad de sonreír mientras manejamos o caminamos ya nos posiciona distintivamente frente a la mayoría de las personas, que van inmersas en sus mundos personales, con pocas cosas por las que sonreír.

Hay un dicho popular que versa “viste tu cara de una sonrisa y verás qué divertido es ir desentonando con todo el mundo”. Este saber popular permite al interesado ver cómo nuestra vida se ha endurecido de tal manera que ya no tenemos tiempo ni para sonreír. Es entonces momento de revertir esta tendencia y sonreír a cada lugar que vayamos.

Al relacionarnos con las personas más irrelevantes, o con aquellas que realizan acciones monótonas a diario, a las que no prestamos atención, son generalmente las más necesitadas de sonrisas. Probemos sonreírle al chofer del autobús, al muchacho que vende diarios, a la florista y al señor que nos vende el ticket del tren. Veremos la sorpresa en sus rostros de forma inmediata, seguido por una atención mucho mejor que con el resto de los usuarios.

Sonreír en el trabajo

Nuestro trabajo, por más molesto sea y por más estresante que este se revele, es nuestra fuente de ingresos por excelencia. Las personas, aunque se quejan del trabajo, saben en verdad que este dignifica y permite darle cierto sentido y significado a nuestra vida. Es por esto que, si deseamos tener éxito en el trabajo y los negocios, debemos sonreír.

Pero, ¿No se supone que el trabajo es algo serio y sonreír puede parecer irónico? Nada más alejado de la realidad. La sonrisa es un instrumento de comunicación, de apreciación por las ideas del otro y de apertura hacia el entendimiento y la mutua cooperación. Notaremos que muchos CEOs exitosos a nivel mundial son orgullosos poseedores de una sonrisa siempre abierta. Ni hablar de los gurúes del éxito y las finanzas.

La sonrisa suele ser atractiva y magnética, de manera tal que puede abrirnos infinidad de puertas a la hora de buscar un ascenso, un trabajo o un aumento de paga. Al hablar con los demás, la sonrisa permite expresar nuestras buenas intenciones de forma clara y honesta, ya que poco puede esconderse detrás de una sonrisa honrada, y las sonrisas forzadas se notan casi de inmediato.

Al sonreír, hagámoslo con el corazón. De esta manera, la persona que tenemos en frente notará nuestra buena voluntad y se encontrará más dispuesta a hacer negocios con nosotros y escuchar nuestras ideas. Lo mismo que cuando nos toque hablar de cosas no del todo placenteras, como un reemplazo o un despido. La sonrisa suele aminorar el impacto que tienen las malas noticias en nosotros y en los demás, ya que es un símbolo de buena voluntad y de humildad.

Sonreír para la salud

En lugar de salir corriendo hacia la farmacia cada vez que tenemos una dolencia, sonreír puede ser un excelente analgésico para la mayoría de los dolores, debido a la sensación de felicidad que nos viene al pintar una sonrisa en nuestro rostro. El cerebro entiende este mensaje y libera serotonina y endorfinas, proteínas del placer y la saciedad, permitiéndonos sonreír aún más.

Además, la expresión más acabada de la sonrisa, la carcajada, aumenta el ritmo cardíaco y libera una serie de vasodilatadores en nuestro torrente sanguíneo, lo que mejora el paso de sangre y refuerza el ritmo cardiovascular. La sonrisa ha sido siempre un claro signo de inteligencia y de salud.

En síntesis

Una sonrisa saludable y amplia nos hace ver más exitosos e inteligentes, ya que constantemente los demás se forman opiniones de nosotros en relación a la forma en que nos ven. El entusiasmo demostrado por una sonrisa es mucho más valorable que todo el conocimiento que podamos llegar a tener. Es importante entonces pintar una sonrisa en nuestro rostro, tantas veces al día como sea posible, e inmediatamente comenzaremos a notar un incremento en nuestro éxito comunicacional, personal, familiar, financiero y vocacional… ¡Sin invertir un centavo extra!

Respirar

"Respirar es un hábito. La vida es un hábito o, mejor dicho, una sucesión de hábitos, ya que un individuo es una sucesión de individuos."
Salvador Espriú


Salvo contadas excepciones, los seres humanos podemos vivir una semana sin comer, unos tres o cuatro días sin tomar líquido, pero solo unos pocos minutos sin respirar. Este acto mecánico al cual poca importancia le damos es parte integral de nuestra vida cotidiana, y uno de los más importantes para nuestro bienestar físico, mental y emocional. La respiración está a cada segundo inmersa en nuestra vida, minuto a minuto, hora tras hora, día a día, y es el único acto que no podemos dejar de hacer sin sentir inmediatamente las consecuencias de su falta.

A su vez, el entretenimiento y la rutina diaria hacen que le demos poca importancia a nuestra respiración. Estando enfocados prácticamente todo el tiempo en el afuera, nuestros ritmos internos se desequilibran. Un desequilibrio prolongado puede acarrear serios inconvenientes para nuestra salud, más aún sabiendo que existen personas que jamás se han detenido a preguntarse e indagar sobre su respiración. Este acto mecánico puede ser un salvavidas, un foco de luz en nuestros días de incertidumbre.

Todas las religiones milenarias de la tierra nos indican la importancia de ser conscientes sobre la respiración que ejercemos, y cómo ella puede afectar en pocos momentos nuestros estados de ánimo. El Yoga y la Meditación, por ejemplo, están basados casi en un 80% en la importancia de la respiración, realizando posturas o hassanas en la medida que se observa constantemente el ir y venir del flujo de aire, mientras que la Fundación de “El Arte de Vivir” plantea que existe una respiración para cada estado de ánimo: La ira tiene su respiración, la ansiedad posee su respiración, la calma y la quietud también tienen su propio ritmo de respiración.

Veremos en este artículo cómo utilizar la respiración en cualquier momento del día para bajar los decibeles de la rutina diaria y comenzar a sentirnos mejor casi instantáneamente, sin importar dónde nos encontremos ni que estemos realizando. Eso es lo bueno de la respiración: ¡Nadie se dará cuenta que estamos trabajando sobre nosotros mismos! Aquí vamos
  • Ser conscientes de nuestra respiración: Cuando enfocamos nuestra atención en la respiración, vamos abriendo brechas en la mente que nos permiten volvernos más conscientes de nosotros mismos. Con el simple hecho de observar el aire ingresar por la nariz hacia los pulmones y viceversa, estamos haciendo un gran bien a nuestro estado emocional. Simplemente tomémonos 1 minuto en este momento para concentrarnos en la respiración y bajar la marcha, sin importar dónde nos encontremos o qué estemos haciendo. Tomemos consciencia de la respiración: No tratemos de controlarla, simplemente observemos el aire frío que ingresa por la nariz y cómo se almacena en los pulmones. Al salir, hagamos lo mismo, sintamos el flujo de aire que nos mantiene en pie.
  • Respiración abdominal: Los ejercicios de respiración son muy sencillos. Tan sencillos que cuando somos niños los practicamos a niveles inconscientes y naturales: Simplemente respiramos bien. La respiración del stress, el cansancio y la ansiedad se encuentra en la zona alta de los pulmones, y es poco profunda, solo renueva una pequeña porción del aire total contenido en ellos. Cuando nos encontramos cansados y necesitamos una pausa, es recomendable llevar el aire al estómago y el abdomen, ya que de esta manera la respiración se torna más profunda y limpia por completo los pulmones del aire residual. A su vez, esta técnica permite masajear los intestinos y demás órganos internos de manera que nos ayuda a mejorar nuestro metabolismo, digestión y evacuación. Simplemente inflemos el abdomen al respirar, tal como si tuviésemos un globo. Probemos respirar hacia el estómago durante unos minutos y notaremos los cambios inmediatamente. Al exhalar, desinflemos nuestro abdomen. A veces es recomendable colocar las manos sobre nuestro abdomen para notar la hinchazón que produce el aire. Si tenemos un compañero o compañera disponibles, podemos hacer que se sienten sobre nuestro abdomen y notar como ascienden y descienden siguiendo  nuestra respiración abdominal.
  • Respiración completa: Una técnica muy usada por los maestros zen y yoguis de la India es la respiración completa. Esto se logra inflando la parte baja del abdomen y luego ir subiendo mientras se inhala, hasta aumentar la capacidad máxima de los pulmones, elevando los hombros. Luego, al exhalar, se relajan los hombros, el tórax y por último se expele el aire desde el abdomen. Dos o tres de estas respiraciones permiten tomar una cantidad extra de oxígeno y purificar de esta manera la sangre del cuerpo. Es importante realizarla con cuidado para evitar hiperventilaciones y mareos que puede causar el exceso de oxígeno en el cerebro. Es recomendable también realizar este tipo de respiraciones estando acostados, para acostumbrarnos al flujo de aire y los movimientos musculares que se necesitan para su desarrollo.
  • La respiración silenciosa: Se dice que los arroyos superficiales son ruidosos, mientras que los ríos profundos corren en silencio. Lo mismo ocurre con nuestra respiración. Si notamos que nuestro respirar cotidiano tiene dejos de agitación o es muy sonora, estamos en presencia de un claro síntoma de stress o problemas respiratorios. Ambas, la inhalación y la exhalación, deben ser silenciosas y continuas, para que realmente sean profundas y tengan efectos benéficos sobre el organismo. Si cerramos los ojos durante unos minutos y nos enfocamos en nuestra respiración, notaremos que inmediatamente esta decrece su sonoridad. Esta es una buena señal. Cuando estemos conscientes de nosotros mismos, la respiración se acomodará por su propia cuenta.
  • Respiraciones corporales: También podemos utilizar nuestras extremidades para ayudarnos a respirar. Por ejemplo, mientras inhalamos es un buen ejercicio levantar nuestros brazos y estirar las manos y los dedos como si quisiéramos tocar el techo o el cielo. Al exhalar, relajaremos íntegramente nuestros músculos, bajando nuestros brazos lentamente hasta estar completamente relajados. Esto nos permite aumentar nuestra concentración y la capacidad de estar conscientes de nuestro cuerpo aumenta considerablemente.

Otros factores que inciden negativamente en nuestra capacidad para relajarnos y respirar son las tensiones y contracciones innecesarias de músculos faciales y del cuello. Por ejemplo: si notamos, en la medida que avancemos con estos ejercicios, que tenemos la mandíbula apretada al respirar o durante el día, simplemente dejémosla relajarse. Lo mismo sucede con los pómulos, cuello, lengua, párpados. No los necesitamos para respirar, así que ¿para qué utilizarlos?

Estas simples técnicas nos permiten relajar nuestro cuerpo de manera natural, sin necesidad de fármacos ni drogas de ningún tipo. Al comenzar con pequeñas dosis de consciencia respiratoria, notaremos que tenemos mejor reacción al entorno, que nuestra mente se aclara, que poseemos un bienestar mucho mayor en el cuerpo y en nuestras emociones, etc.

Las personas suelen recurrir a soluciones cortoplacistas, como las drogas farmacológicas o las terapias psicoanalíticas, mientras que se olvidan de las herramientas que naturalmente ya poseen. La respiración es una técnica barata y al alcance de cualquiera para comenzar a transitar el camino de una vida mejor y más saludable. Hasta pueden notarse incrementos en la virilidad y la desaparición de los problemas para conciliar el sueño, la sanación de enfermedades e infecciones crónicas, una felicidad y bienestar inexplicables, entre muchos otros efectos benéficos.

Si buscamos tomarnos la vida de otra manera, disfrutar de las pequeñas cosas, de las cosas simples, de los gestos más intrascendentes, debemos respirar conscientemente. Comencemos en este momento, y perduremos en la relajación que permite la respiración.

Mucha Luz!

Hernan

Ellos ya saben

"Escucho con atención a la gente que tiene la razón. Pero prefiero seguir a los que tienen los resultados."
Donald Trump

¿Han visto alguna vez que existen personas a las que todo parece salirles bien? Estas personas tienen el “Toque de Midas”: Todo lo que tocan lo convierten en oro. A donde vayan, las personas caen rendidas a sus pies y los problemas simplemente parecen disolverse. Su sonrisa puede derretir la coraza más gélida y sin embargos son fuertes para defender sus creencias y valores.

De la vereda contraria, encontramos individuos a los que todo parece salirle mal. Son el máximo ejemplo de la Ley de Murphy (hasta parecen llamarse Murphy de apellido). La única nube negra del cielo se posa sobre sus cabezas y llueve durante todo el día. Uno tras otro, los hechos trágicos parecen perseguirlos, y cuando al fin levantan cabeza, viene algo para hundirlos aún más.

¿Qué diferencia a los súper héroes de los cómics de las ovejas descarriadas? ¿Qué hacen esas personas tocadas por la varita mágica frente a quienes los ha orinado un elefante?

Veremos que los primeros de la lista son seres positivos, llenos de luz, seguros de sí mismos y de sus posibilidades de cambiar la realidad. Notaremos también que están siempre sonrientes, y las circunstancias de la vida no parecen golpearlos tan duramente. Se caen, y se vuelven a levantar.

Los segundos, en cambio, mayormente ven la vida gris oscuro. Se quejan, chismorrean y se dejan llevar por lo que dicen los demás. Son adictos a los noticieros y no pueden despegarse de las noticias principales que presentan los diarios. Visitan al médico con frecuencia, y tienen miedo de casi todo. O simplemente se han resignado.

Lo que diferencia a los primeros de los segundos es una simple palabra de siete letras, pero que encierra un significado muy poderoso. Esta palabra es Actitud.

Si somos observadores, nos daremos cuenta que ambos tipos de personas pasan muchas veces por los mismos trances, los mismos problemas y las mismas incertidumbres. No es que unos hayan nacido superdotados, no existe tal cosa como la “ventaja genética”, por más medio masivo que nos quiera convencer.

Simplemente existe nuestra actitud frente a las cosas.

¿Cómo es posible que los primeros aprendan, se muevan y generen con mayor velocidad, éxito y resultados que los segundos?

¡Es solo una cuestión de actitud!

Pongámonos a ver de qué manera se enfrentan a los problemas los exitosos y llegaremos a la conclusión de que tales problemas no existen. Para ellos son “retos” u “obstáculos” para cruzar y hacerse más fuertes.

Observemos cómo los mágicos se toman los inconvenientes de la vida cotidiana, y determinaremos que no existen tales cosas. Para ellos son “oportunidades de mejora” o “cuestiones sin importancia”.

El factor que los diferencia es su actitud. Nuestra actitud frente a las cosas determina los resultados que obtendremos. Y es nuestra actitud la que formará nuestras respuestas hacia los hechos cotidianos.

Con una actitud positiva, curiosa y abierta lograremos muchísimo más que con una cerrada, negativa y poco enseñable. Los exitosos lo saben: Su actitud determina de qué manera triunfan en la vida.

Ellos ya saben que van a triunfar, es solo una cuestión de tiempo. Ellos ya saben que no pueden fracasar, simplemente están aprendiendo.

Ellos ya saben, ¿y tú?

Mucha Luz!

Hernan

Meditar para Cambiar el Mundo


"Ama un solo día, y el mundo entero habrá cambiado."

Robert Browning

Nuestra capacidad para cambiar la realidad de nuestro alrededor y de todo el mundo está cada día más demostrada a nivel científico. Los estudios que se llevan a cabo para definir la velocidad de encogimiento de los tumores a través de la dicha y la felicidad, la baja en los asesinatos violentos en distintos estados que se logran a través de las reuniones de meditación, los fenómenos de creación de vida a través de la mente humana, entre muchas otras cosas, hoy nos permiten determinar que somos nosotros los que decidimos nuestro futuro a fin de cuentas.

Hoy entendemos, a través de la física cuántica y la matemática del caos, que la mente humana puede generar la realidad que lo circunda. Las probabilidades de que un átomo estén en todos los lugares del universo al mismo tiempo, y la materialización del mismo en una determinada localización del tiempo espacio proceden de la incursión del observador y de la consciencia en la realidad.

Esto significa que nosotros podemos, y de hecho lo hacemos todo el tiempo a nivel inconsciente, generar y transformar la realidad que vivimos día a día.

Estamos acercándonos a una extraordinaria coyuntura a nivel planetario y solar. La proximidad al ecuador de la galaxia genera que nuestro sol se encuentre más activo y caliente a todos sus planetas. El calentamiento global no es una cuestión terrestre, sino que afecta a todo el sistema, producto de las radiaciones elevadas que emite nuestro sol. La mayor vibración por la que está atravesando la Tierra también implica que nosotros, sus habitantes y tripulantes, nos vemos expuestos a cambios fehacientes a nivel físico, biológico, molecular, psicológico y energético.

¿Cómo podemos hacer para que nuestro paso por este maravilloso tiempo se produzca de manera liviana y feliz?

La respuesta está en la comunicación que podamos llegar a desarrollar con nuestro Ser. Al conectarnos con nuestro interior, desarrollamos una mayor sensibilidad a nuestra propia naturaleza, lo que permite que nuevas cosas se desarrollen en nuestra vida.

Si logramos "desenchufarnos" de la vorágine cotidiana, si logramos apagar el televisor y leer más, si logramos quejarnos menos y pasar más tiempo con nuestra madre naturaleza, si logramos disminuir el consumo de estupefacientes legales (azúcar, café, cigarrillos, alcohol, edulcorantes, carnes y alimentos muertos) y proponemos una dieta de mayor calidad para nuestro cuerpo, si logramos abrir nuestro corazón para mirarlo con sinceridad y dejar de culpar a los demás, es ahí cuando lograremos un cambio positivo para nuestra vida.

La propuesta es sencilla: Meditar todos los días 20 minutos.

Este nuevo hábito nos ayudará a cooperar con los cambios que nuestro cuerpo comienza a sentir, nos ayudará a mejorar nuestra relación con el entorno, y nos preparará para afrontar las bienaventuranzas que se darán en los próximos años. Mientras el sistema se derrumbe, nosotros nos mantendremos fijos en el momento presente, conscientes de nuestra participación positiva en el mundo, y lo más importante, calmados, en paz y felices.

Meditar todos los días 20 minutos es la mejor inversión que podemos llegar a realizar, más en estos tiempos de incertidumbre, cambios y renaceres espectaculares.

Que lo disfruten!

Mucha Luz!

Hernan

Consciencia de Riqueza

"Llevo dentro de mí mismo un peso agobiante: El peso de las riquezas que no he dado a los demás".

Rabindranath Tagore

Muchos pensamos que el valor de los servicios o productos que ofrecemos está determinado por cuestiones de mercado, externas a nosotros mismos. A su vez, es común creer que uno puede acumular riqueza hasta el punto que las situaciones económicas de la comunidad / país / mundo le permitan.

Es hora de cambiar la óptica que portamos actualmente, donde nuestro desarrollo monetario reside en las condiciones exteriores y migrar hacia la mirada interior, donde realmente se encuentra nuestra capacidad de cambio. Cuando nos demos cuenta que los índices de riqueza son absolutamente moldeables y manejables con el pertinente autoconocimiento, despertaremos hacia un concepto de abundancia completamente nuevo.

Pero comencemos por el principio:

¿Qué es el dinero?

El dinero es sombra de valor. Es el número que se le asigna a los intercambios de bienes y servicios entre las personas. El dinero ni siquiera es real. Si investigamos los mecanismos de generación de dinero, veremos que el mismo se crea de la nada y no tiene en sí ningún valor. Hoy los estándares de valor de dinero se encuentran pura y exclusivamente basados en la FE. El dinero no tiene ninguna reserva en material de valor (desde la pérdida del patrón oro en el 70'), y la Reserva Federal puede imprimir tanto como se le ocurra sin dar explicaciones.

Esto se nota hoy, a medida que las personas comienzan a perder FE en los papeles, el sistema se cae cada vez más seguido, la enorme masa monetaria no se condice con la producción de bienes y servicios, el oro y las tierras suben de precio, y cuesta más mantener nuestro estilo de vida trabajando lo mismo.

Volviendo a nuestro tema...

Si nos fijamos en que las cuestiones monetarias son cuestiones de FE (a veces FE incuestionable), podremos dilucidar que nuestro valor en el mercado también estará basado en la FE que tengamos y la que generemos en los demás.

Esto significa que con nuestra actitud, nuestras redes de contacto, el valor agregado que podamos ofrecer por nuestros servicios, y aún más importante, la cantidad de riqueza que podamos generar a los demás, podemos cambiar drástica e inmensamente nuestro valor en el mercado.

Esto se conoce como Consciencia de Riqueza, y todos la tenemos. De hecho, es el único factor que incide en la cantidad de dinero que hacemos mensualmente. Sin importar nuestra profesión, las condiciones que el sistema o mercado "parezca tener", el pensamiento de los demás, si aumentamos nuestra Consciencia de Riqueza, podremos aumentar nuestra calidad de vida.

Sin lugar a dudas, en la medida que trabajemos inteligentemente en lugar de arduamente, que aumentemos el alcance y profundidad de nuestras redes de contacto, que ayudemos a los demás a conseguir lo que ellos quieren y que mejoremos nuestra relación y actitud frente al dinero (Una sonrisa permite mejores contactos que una cara larga), seguramente nuestro mercado se expandirá y obtendremos mejores resultados en materia de Riqueza.

Consciencia de Riqueza. Eso debemos desarrollar.

Mucha Luz!

Hernan.

Riendas

"La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella le lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón."


Madre Teresa de Calcuta

¿Quién posee las riendas de nuestra vida?

¿Quién tiene el poder para cambiar nuestro Ahora?

¿Quién puede Hoy decidir mejorar sus pensamientos y su calidad de vida?

¿Quién se limita a través del miedo y los prejuicios?

¿Quién puede comenzar a hacer cosas diferentes, Hoy?

Si para todas las respuestas, hemos encontrado un gran y rotundo YO, entonces no tenemos más que poner manos a la obra, aceitar los engranajes, salir de nuestra zona de confort y forjarnos día a día nuevos hábitos.

La comodidad y el miedo pueden ser adictivos, así como también la incomodidad, los desafíos y el valor. Lo maravilloso de todo esto es que siempre podemos forjarnos hábitos que nos permitan ir hacia arriba y hacia adelante. El miedo, el orgullo y la comodidad no valen la pena si deseamos crear la vida de nuestros sueños.

Despertémonos hoy con una sonrisa, y el mundo se iluminará Hoy.

¿Quién posee las riendas de nuestra vida?

Mucha Luz!

Hernan.