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Hagamos del mundo un lugar más divertido para vivir.

Sonreír

"Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante."
Charles Baudelaire

Es increíble la cantidad de recursos que tenemos a nuestra disposición como seres humanos, y que nunca, jamás, se nos hubiese ocurrido utilizar para tener éxito personal, profesional, social y familiar. Entre ellos se destacan nuestra capacidad para relajarnos y tomarnos un tiempo para nosotros mismos, la capacidad de equivocarnos, la capacidad de aprender, la capacidad de olvidar, la capacidad de ser humildes y por sobre todas las cosas, la capacidad para sonreír.

Solemos tomarnos las cosas demasiado en serio, mientras que nos endurecemos y nuestra sonrisa se borra de nuestro rostro. Esto hace que nos volvamos gruñones y comprometidos con nuestra seriedad, ya que debemos justificar nuestra forma de relacionarnos con los demás, a nivel serio y profesional, olvidando la importancia que tiene nuestra sonrisa en nuestro desarrollo como seres humanos.

Mientras que la sonrisa suele predisponer a los demás a la escucha activa, e instantáneamente ayudarnos a reflejar una personalidad agradable y amable, utilizarla puede abrirnos muchísimas puertas si solo nos dedicamos a sonreír. Aquí van unas pequeñas indicaciones y estrategias que podemos comenzar a aplicar hoy mismo, para utilizar en nuestro favor una de las mayores herramientas que se nos ha otorgado:

Sonreír en la comunicación

Cuando hablamos o nos dirigimos a los demás, tratemos de realizarlo con una sonrisa. La sonrisa predispone positivamente al otro, mientras que explicamos nuestras ideas, convicciones o tratamos de persuadir a los demás para que cambien las suyas. A su vez, la otra persona notará nuestra alegría de estar intercambiando opiniones con ella y se sentirá importante.

Es vital entonces cambiar la cara larga por una sonrisa que permita derretir las corazas que nos impone el día a día, para así tener charlas más descontracturadas y amistosas. En el ámbito profesional una sonrisa puede abrir muchas puertas: Mejorar el clima laboral, aumentar las posibilidades de éxito en una entrevista laboral o al solicitar un aumento, mostrar entusiasmo y vivacidad al trabajar, demostrar proactividad e iniciativa, entre otras cosas.

En el ámbito familiar, la sonrisa se convierte en un elemento preciado: Al hablar con el compañero o compañera, al ayudar a nuestros hijos a hacer la tarea, al escuchar las interminables anécdotas de nuestros padres, al reencontrarnos con familiares lejanos, la sonrisa forma una excelente estrategia de comunicación vivaz, alegre y abierta. Y nos convertiremos en la opción segura a la hora del contacto con los demás. De todas maneras, ¿A quién le gusta un pariente gruñón?

Estudios científicos sobre relaciones interpersonales, a través de grupos de opinión y entrevistas individuales, han revelado que la comunicación se encuentra dividida de esta manera: Un 80 por ciento del nivel de atención de la otra persona irá dirigido a nuestro lenguaje corporal, un 15 por ciento a nuestro tono de voz y apenas un 5 por ciento al mensaje que estamos emitiendo en sí. Con una sonrisa en nuestro rostro, al comunicarnos, contamos con un 80 por ciento del mensaje, el cual nos aseguramos que está siendo emitido correctamente. Esto es un número elevado, ¿verdad? Y lo mejor, ¡Es gratis! La sonrisa no cuesta dinero pero puede retribuirnos grandemente.

Sonreír en la calle

La vida se nos presenta con multiplicidad de opciones y matices para experimentar. Transitar la calle puede ser una hermosa aventura o un suplicio interminable, dependiendo de nuestra disposición hacia ella. La posibilidad de sonreír mientras manejamos o caminamos ya nos posiciona distintivamente frente a la mayoría de las personas, que van inmersas en sus mundos personales, con pocas cosas por las que sonreír.

Hay un dicho popular que versa “viste tu cara de una sonrisa y verás qué divertido es ir desentonando con todo el mundo”. Este saber popular permite al interesado ver cómo nuestra vida se ha endurecido de tal manera que ya no tenemos tiempo ni para sonreír. Es entonces momento de revertir esta tendencia y sonreír a cada lugar que vayamos.

Al relacionarnos con las personas más irrelevantes, o con aquellas que realizan acciones monótonas a diario, a las que no prestamos atención, son generalmente las más necesitadas de sonrisas. Probemos sonreírle al chofer del autobús, al muchacho que vende diarios, a la florista y al señor que nos vende el ticket del tren. Veremos la sorpresa en sus rostros de forma inmediata, seguido por una atención mucho mejor que con el resto de los usuarios.

Sonreír en el trabajo

Nuestro trabajo, por más molesto sea y por más estresante que este se revele, es nuestra fuente de ingresos por excelencia. Las personas, aunque se quejan del trabajo, saben en verdad que este dignifica y permite darle cierto sentido y significado a nuestra vida. Es por esto que, si deseamos tener éxito en el trabajo y los negocios, debemos sonreír.

Pero, ¿No se supone que el trabajo es algo serio y sonreír puede parecer irónico? Nada más alejado de la realidad. La sonrisa es un instrumento de comunicación, de apreciación por las ideas del otro y de apertura hacia el entendimiento y la mutua cooperación. Notaremos que muchos CEOs exitosos a nivel mundial son orgullosos poseedores de una sonrisa siempre abierta. Ni hablar de los gurúes del éxito y las finanzas.

La sonrisa suele ser atractiva y magnética, de manera tal que puede abrirnos infinidad de puertas a la hora de buscar un ascenso, un trabajo o un aumento de paga. Al hablar con los demás, la sonrisa permite expresar nuestras buenas intenciones de forma clara y honesta, ya que poco puede esconderse detrás de una sonrisa honrada, y las sonrisas forzadas se notan casi de inmediato.

Al sonreír, hagámoslo con el corazón. De esta manera, la persona que tenemos en frente notará nuestra buena voluntad y se encontrará más dispuesta a hacer negocios con nosotros y escuchar nuestras ideas. Lo mismo que cuando nos toque hablar de cosas no del todo placenteras, como un reemplazo o un despido. La sonrisa suele aminorar el impacto que tienen las malas noticias en nosotros y en los demás, ya que es un símbolo de buena voluntad y de humildad.

Sonreír para la salud

En lugar de salir corriendo hacia la farmacia cada vez que tenemos una dolencia, sonreír puede ser un excelente analgésico para la mayoría de los dolores, debido a la sensación de felicidad que nos viene al pintar una sonrisa en nuestro rostro. El cerebro entiende este mensaje y libera serotonina y endorfinas, proteínas del placer y la saciedad, permitiéndonos sonreír aún más.

Además, la expresión más acabada de la sonrisa, la carcajada, aumenta el ritmo cardíaco y libera una serie de vasodilatadores en nuestro torrente sanguíneo, lo que mejora el paso de sangre y refuerza el ritmo cardiovascular. La sonrisa ha sido siempre un claro signo de inteligencia y de salud.

En síntesis

Una sonrisa saludable y amplia nos hace ver más exitosos e inteligentes, ya que constantemente los demás se forman opiniones de nosotros en relación a la forma en que nos ven. El entusiasmo demostrado por una sonrisa es mucho más valorable que todo el conocimiento que podamos llegar a tener. Es importante entonces pintar una sonrisa en nuestro rostro, tantas veces al día como sea posible, e inmediatamente comenzaremos a notar un incremento en nuestro éxito comunicacional, personal, familiar, financiero y vocacional… ¡Sin invertir un centavo extra!