HernanV

Hagamos del mundo un lugar más divertido para vivir.

¿Cómo Conservar Nuestra Energía?

El mejor servicio que podemos prestar a los afligidos no es quitarles la carga, sino infundirles la necesaria energía para sobrellevarla.

Phillips Brooks

Vivimos en una época en la que nos vemos bombardeados 24 horas al día, 7 días a la semana de información, entretenimiento, tecnología, etc. Estos bombardeos cotidianos nos distraen, nos quitan tiempo, y lentamente llegamos cansados al final de nuestro día.

Estudios científicos han demostrado que el cerebro no se cansa. Es una supercomputadora que se encuentra encendida la mayor parte del día (de hecho, hay sectores que nunca descansan), y sin embargo, no se han encontrado toxinas de cansancio en los vasos sanguíneos cerebrales. Lo que nos cansa, lo que nos frustra y hace que perdamos energía es nuestra fatiga física.

Si nos observamos mientras realizamos nuestras tareas cotidianas, notaremos tensiones en nuestro cuerpo que son innecesarias. Hay respuestas automáticas e instintivas para ciertas situaciones (por ejemplo, cuando nos sorprendemos, el acto reflejo de levantar nuestras cejas permite mayor paso de luz hacia los ojos, aumentando de esta manera nuestra capacidad de visión), pero existen aquellas que se han forjado con los años y ya no nos sirven.

¿Qué sentido tienen los hombros contraídos al enfrentar la PC?, ¿Cumple alguna función golpetear un lápiz contra el escritorio, mover las piernas, los brazos, en actitud nerviosa?, ¿Nos ayuda a concentrarnos mejor fruncir el entrecejo, apretar la mandíbula o tensar la lengua contra el paladar?

Estos son tics nerviosos que se forjan a través de las situaciones tensas de nuestra vida, y luego los acarreamos para todos lados. Al final del día (aunque no haya sido el día más laborioso), nos sentimos cansados, doloridos, contracturados, y todo debido a nuestra falta de auto-observación.

Para comenzar a evitar estas cuestiones, propongo, en principio, dos cosas:

1. Haga ejercicio. El ejercicio permite que se libere la energía que se acumula en nuestro organismo, y que termina escapando por vías no muy saludables. Existen miles de informes sobre los beneficios del ejercicio que pueden buscarse en Internet. No hablamos de correr una maratón, sino un ejercicio tranquilo, bien hecho, y que nos despeje la mente.

2. Tómese unos minutos para UD todos los días. Permanezca en silencio, conéctese consigo mismo. Esto trae unos resultados asombrosos. Nos permite conocernos, y comenzar a detectar estos tics de los que hablamos anteriormente. El silencio cura la mente y purifica las tensiones de todo el día. Simplemente hágase compañía. Se lo merece.

Continuaremos ampliando este apasionante tema, con la premisa de que nuestro cuerpo, si lo dejamos, siempre tiende al equilibrio.

Mucha Luz!

Hernan