HernanV

Hagamos del mundo un lugar más divertido para vivir.

El Placer de Dar

A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.

Madre Teresa de Calcuta

¿De qué hablamos a la hora de Dar?

Tenemos muchísimos recursos al alcance de la mano, que simplemente perdemos de vista por enfocarnos en los aspectos materiales. Podemos dar amor, abrazos, escucha, palabras de aliento, regalos, buenos momentos, risas, llantos. Podemos dar infinidad de cosas.

Estamos en una época donde las personas solo piensan en recibir. Recibir educación, recibir afecto, recibir una buena paga mensual, recibir vacaciones. ¿Desde cuándo hemos dejado de notar que somos Uno en este hermoso planeta? Cuanto más le exigimos al resto de nosotros, más nos exigiremos a nosotros mismos. Cuanto más demos desinteresadamente, más cosas nos llegarán por sorpresa.

Miremos a nuestros mayores, a nuestros viejos sabios. Ellos han encontrado la receta para ser felices con muy poco. Ya retirados, con los achaques típicos (y no tan lógicos, diría yo) de la edad, se enfocan en sus familias, en sus amigos, en sus jardines, en sus mascotas. Y simplemente dan. ¡Y que felices se sienten!

Miremos a una madre primeriza, con su recién nacido. Ella le da amor, cariño, afecto, calor, leche materna, lo alimenta, lo viste, lo cuida, lo mima, y sin embargo no le reclama al niño que le responda con lo mismo. Y les aseguro que no hay felicidad más grande que la de una madre viendo crecer sano a su hijo.

Observemos a los parroquianos, aquellos seres ya extraños a la sociedad tecnológica, que basan sus acciones en dar a Dios y al prójimo. Han entendido que el Reino de los Cielos viene en el dar y no en el recibir.

Miremos a la naturaleza. La más grande dadora de todos los tiempos. En sus cosechas, da en abundancia, en sus flores, da con su belleza. Y nunca nos ha solicitado un solo pago por todo lo que nos ha dado.

Vivamos en consonancia con el Dar. Hagamos por los demás acciones que lleven tiempo, esfuerzo y sacrificio, y no esperemos. La sonrisa de un niño, de un adulto, de una madre son mucho más valiosas que los pocos cientos de dólares que recibimos a fin de mes.

Mucha Luz!

Hernan

2 comentarios:

Hernan,

Muy buena reflexión que sin duda inspira y moviliza al dar y al darse desinteresadamente.

Abrazo,

Ulises

 

Gracias a vos por el comentario Ulises! Un saludo grande!