Esta entrada está en relación directa con la Actitud Positiva de la que hablábamos antes.
Muchas veces nos preguntamos cómo es posible que, siguiendo todos los consejos que nos han dado, y todos los pasos que nos “asegurarían” el éxito rotundo, todavía seguimos peleando con la vida.
Nos han dicho que seamos puntuales, que trabajemos duro, que corramos esa milla extra, que apuntemos siempre a lo mejor, que trabajemos duro, que disfrutemos poco y trabajemos más, que sin esfuerzo no hay ganancia, que trabajemos duro, que rendirse es de débiles y tontos, ¿Mencioné lo de trabajemos duro?
Hemos estudiado más de la cuenta. A través de la primaria, luego la secundaria, luego la universidad, luego el postgrado, además el MBA, para terminar con un doctorado. Nos hemos anotado en cuanto curso de actualización y/o especialización pudimos encontrar. Hemos realizado todos los cursos de liderazgo, NLP, comunicación, motivación al alcance del bolsillo.
Y aún así estamos estancados en el mismo trabajo de siempre. Peleados con la vida.
Peor aún, cuando perdemos lentamente el entusiasmo y la creencia en estas “Leyes de Oro para la Riqueza” y las ponemos en perspectiva, al parecer no son tan inmanentes. Sino, ¿Cómo se explicaría que aquel multimillonario haya dejado la escuela a los 17 años, o ese CEO internacional no hace más que venir tarde a la oficina e irse temprano, sin dejar de recibir halagos del directorio?
Al parecer no estamos haciendo las cosas bien, ¿Verdad?
No haciendo apología de la deshonestidad, ni de la vagancia, ni del completo desinterés por nuestra tarea. Esa no es en absoluto la intención.
Lo que, a mi entender (y al entender de más de un gurú de finanzas, la salud y la buena vida), necesitamos hacer es contar una nueva historia.
Si todos los días nos preocupamos por mejorar la calidad de la historia que le contamos a los demás, de los sucesos que nos pasan día a día, si realizamos el esfuerzo consciente de cambiar la óptica de nuestras comunicaciones y de los hechos que relatamos a nuestros colegas, compañeros, familiares, etc., aquí las cosas comenzarán a cambiar.
Realicemos el esfuerzo consciente de sumar cosas positivas a la historia que contamos. Recuerden que aquellos que hablan más de enfermedad, generalmente la tienen. Aquellos que hablan más de riqueza, generalmente la tienen.
Renovemos la historia que contamos, para que las cosas comiencen a salir de otra manera.
Mucha luz!
Hernan
"Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar."
Nelson Mandela
Al contrario de lo que mucha gente cree, yo estoy convencido que la perseverancia es innata y nace con cada uno de los seres humanos. Muchas veces nos imaginamos a la perseverancia como aquello que debe hacerse con sudor, lágrimas, sacrificio, dándose la cabeza contra la pared una y otra y otra vez, cada vez más fuerte, hasta derribarla.
Esta idea de perseverancia masoquista es inquietante. Tal es así que existen miles de casos donde la perseverancia ha llevado a los individuos a las más altas cúspides de poder, pero ha dejado su salud en el camino. Muchos empresarios hoy, a la edad de 50, pueden haber amasado una fortuna, pero su corazón, riñones y visión funcionan realmente mal.
Mi concepto de perseverancia es algo distinto (y se puede relacionar con el post que hice algunos días sobre Motivación). Una vez que hemos encontrado nuestras pasiones, aquello que realmente nos encanta hacer, y podríamos hacerlo durante toda la eternidad, la perseverancia necesaria para alcanzar el éxito viene por añadidura. No existe ser más perseverante sobre la faz de la Tierra que aquel que se encuentra realmente motivado con lo que está haciendo.
La perseverancia, entonces, toma otro color. ¿Se han fijado cómo los niños preguntan lo mismo miles de veces? ¿No es eso perseverancia? ¿O como son incansables jugadores, imitadores e imaginadores? Eso es lo que yo llamo perseverancia sana. Los niños disfrutan aprendiendo, y pueden hacerlo durante horas (a pesar de los padres), disfrutan jugando y son incansables y perserverantes.
La insistencia, persistencia y resistencia viene de una sola cosa: La motivación. Si tenemos que esforzarnos, sudar, y perseverar aún cuando nuestro cuerpo diga basta, es porque estamos haciendo las cosas de manera incorrecta. Siempre que nos encontremos en una situación energizante y motivadora, correr esa milla extra se convierte en algo natural.
¿Por qué no utilizamos un martillo para derribar una pared? ¿O tal vez haga falta construir paredes? ¿Qué te hace más feliz?
Mucha luz!
Hernan